domingo, 17 de marzo de 2019

Patrimonio y escrutinio ciudadano


Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez

De las principales intenciones en mantener bajo control los órganos encargados de indagar en el incremento injustificado, de riquezas materiales, se encuentra la vigilancia y examen de los actores principales en ese orden.

Cuando se tiene la tranquilidad, jurídica e institucional, de que no obstante la ringlera de pruebas tendentes a demostrar la ilicitud de una fortuna, primordialmente de funcionarios públicos, se observa un muy sospechado sosiego con respecto a los hechos.

Esa placidez ocurre en virtud de los pactos y alianzas, que en vez de fortalecer los sistemas judiciales e institucionales, los debilitan puesto que colocan exponentes partidarios en lugares clave de investigación y penalización, con el propósito de garantizar impunidad o validar fortunas irritantes.

A pesar de que no se había logrado columbrar los hechos venideros, el zahorí ojo, de hasta el más simple ciudadano, percata que existe una fascinación por justificar los injustificable o validar lo invalidable, en miembros de nuestra partidocracia.

Debió resultar pesaroso para el espectro social enterarnos, de algo que ya sabíamos, por parte de organismos foráneos (EEUU) del monto al que asciende la fortuna del Senador Félix Bautista, sin embargo el monto y la noticia pasó con más gloria que pena.

Modalidad traumática

Existen sentencias de tipo ciudadano, que condenan el enriquecimiento en los que se les otorgó el poder de manejar los destinos económicos y sociales de un pueblo. Pero también frente a la auscultación y publicación de datos, que profesan de una fortuna económica con plataforma poco creíble, figuran alabanzas por aquel/la que logró salir de la pobreza en base al dolo.

Basado en esas alabanzas aspiramos a que la condena sea generalizada, pues de no ser así los que la ostentan (la fortuna con plataforma poco creíble) se escudaran en el discurso político de que los que acusan, son solo los de la oposición política.

Resulta más factible (para el expositor/a de la ilegalidad) subirse sobre el pico de argumentos indecorosos, que defender y explicar con la verdad, en una justicia de características independientes, como se adquiere y sostiene un estilo de vida, que ni siquiera nuestros ricos tradicionales llevan en ejercicio.

El clúster de párrafos en medios y articulaciones verbales en televisión, demuestran las complicidades, por igual, de una clase comunicacional que si bien es cierto puede y tiene el derecho de hacer el periodismo más conveniente; tiene la obligación social de ser un ente investigador y no colaborativo de inconductas políticas - económicas.

Las complicidades constituyen el elemento sustancia de las adquisiciones ilegales de dinero público. Cuando se adolece de la complicidad política, judicial y en tiempos actuales mediática, es imposible que el ejecutor que infringió las normas jurídicas y éticas, prevalezca en la escena pública sin castigo ejemplar.   

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